Decía Álvaro Mutis que la literatura y la poesía solo eran testimonios sin capacidad de cambio. Quizá con los comentarios jurídicos suceda lo mismo, y las palabras que se arrojen a los medios de comunicación no sirvan más que para dar noticia de los desmanes legislativos que últimamente padece nuestro Derecho. Sin embargo, y aunque así fuera, no pierdo la esperanza de que el empeño de muchos juristas críticos con los cambios que se vienen produciendo consiga trasmutar mínimamente esa realidad.
Sin lugar a dudas, las modificaciones legislativas producidas a lo largo de este último periodo (2008-2013) esconden algo más que un saneamiento de las cuentas públicas. Entre la letra pequeña de artículos que proclaman la necesidad de adoptar medidas para racionalizar el gasto público y reestructurar la Administración pública en aras de la eficiencia, se enmascaran verdaderas declaraciones de liberalización y privatización de sectores y bienes estratégicos. Para ejemplificar lo (...)