“Nada, en nuestra historia contemporánea, se había asemejado tanto a esos levantamientos populares contra un nivel de impuestos ilegítimo”, escribe el editorialista de Les Echos Jean-Francis Pécresse, sin vacilar en comparar las manifestaciones de los “bonnets rouges” (gorros rojos) con las revueltas de los campesinos franceses en contra de la carga impositiva en el siglo XIV. De ser así, Francia se estaría enfrentando a una nueva revuelta: “Entre las acciones de cariz dramático llevadas a cabo en Bretaña contra el impuesto ecológico (ecotasa), la movilización contra el sobreimpuesto retroactivo, a una tasa del 15,5%, de ‘antiguos’ contratos de ahorro y de seguros de vida y el éxito fulgurante de iniciativas ciudadanas con nombres como ‘palomas’ o ‘desplumados’, se encienden, un poco por todas partes, las chispas de una agitación contra la opresión fiscal”. “Levantamiento”, “agitación”, “opresión”: ¿el sistema tributario francés ha alcanzado realmente un nivel que justifique semejante campo lexical?
Lejos (...)