A primera vista, Just Garments casi no se diferencia de las otras maquilas centroamericanas: una empresa de confección instalada en un gran hangar, iluminada por tubos de neón, con filas de máquinas de coser sobre las cuales se afana una mano de obra mayoritariamente femenina. Los salarios son apenas más altos que en otros lados, “pero actualmente –declara una de las obreras, Marlene Alvarado– el ambiente de trabajo no tiene nada que ver con el que había cuando la empresa todavía se llamaba Tainan”.
En mayo de 2000 la sociedad taiwanesa Tainan SA se instaló en la zona franca de San Bartolo (en la periferia de San Salvador). Pocos meses después, una decena de trabajadores decidió formar una sección sindical. El primer conflicto con la dirección se produjo inmediatamente después del terremoto de enero de 2001: los locales de la empresa resultaron dañados y numerosos trabajadores perdieron a seres queridos o (...)