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Competencia despiadada y trabajadoras sobre-explotadas

Veto a los sindicalistas en las “maquilas” de Guatemala

Los trabajadores centroamericanos, atrapados en las fábricas de subcontratación (maquilas), sufren el latigazo de esta economía globalizada. Sometidos a una explotación desvergonzada, son amenazados si tratan de defender sus derechos al ver sus empresas deslocalizadas y sus empleos desplazados hacia otros más pobres todavía que ellos en China. En Guatemala al igual que en El Salvador sus luchas no pueden acabar más que si los consumidores del Norte globalizan a su vez la resistencia haciendo prueba de solidaridad.

por Philippe Revelli, julio de 2005

Es por la mañana temprano en Villa Nueva, un suburbio popular de Ciudad de Guatemala. Las vendedoras ambulantes se instalan en la puerta de las empresas subcontratistas que producen para la exportación, las llamadas maquilas. Tras sus cacerolas humeantes, las modestas comerciantes aguardan la llegada de los autobuses repletos de obreras. Las mujeres que bajan de esos autobuses suelen ser jóvenes, provienen de barriadas populares, pero se las ve bien arregladas. Algunas se detienen un momento, apenas el tiempo para tomar en silencio una sopa de maíz hirviendo, y luego se apresuran a ocupar sus puestos. Los vigilantes cierran tras ellas las puertas de la empresa.

En Guatemala, como en toda América Central, el boom de las maquilas data de la década de 1990. Al cabo de más de 10 años de guerras civiles –en ese país como en Nicaragua y en El Salvador– la paz reina nuevamente en esa región, (...)

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