El 11 de abril una multitud compacta se reúne frente al palacio de la Mutualité de París. Una bandera amarilla con letras rojas –“Círculo León Trotski”– flamea sobre la fachada. Algunos militantes de Lucha Obrera (LO) reparten el periódico Lutte de classe (Lucha de clase); otros cortan los tickets de entrada. Cuando resuenan los cantos revolucionarios rusos, todos comprenden que ha llegado el momento de escuchar la conferencia de la tarde consagrada a Europa.
En la sala hay alrededor de quinientas personas. Pierre Royan y Jean-Claude Garault, militantes, explican: “En LO la formación es esencial. Es un principio de organización. El papel de nuestro partido es transmitir la cultura del movimiento obrero y luchar contra las falsas ideas”. Con el objetivo de forjar una “conciencia de clase”.
“En los años 1960 y 1970, los trotskistas de LO, de la LCR [Liga Comunista Revolucionaria] y de la OCI [Organización Comunista Internacionalista] contaban con (...)