“Aviso a los conductores encolerizados”. El 30 de noviembre de 2013, la cuenta de Facebook de un colectivo opositor a la ecotasa, ideada por el gobierno francés para luchar contra la contaminación, llamaba a una concentración nacional. De las treinta y cuatro palabras del mensaje, diez subrayaban que la operación se desarrollaría “sin partidos ni sindicatos ¡solamente todos juntos para decir basta!”.
Desde la “Zona A Defender” de Notre-Dame-des-Landes, erigida para impedir la construcción de un aeropuerto, hasta la de Sivens, opositora a la construcción de una presa en el Tarn; desde la “Manifestación todos contra el matrimonio homosexual” hasta las movilizaciones de los estudiantes mexicanos contra el monopolio de las dos grandes cadenas de televisión nacional en 2012, pasando por las movilizaciones de Occupy Wall Street en Nueva York, los partidos ya no se imponen como los vehículos obligatorios de las batallas políticas. Su rechazo en beneficio de amplios movimientos (...)