“La posición de Turquía es de orden ético. Nuestra política regional está fundada en los valores humanos y democráticos que todo el mundo debería aprobar. Por eso, el golpe de Estado contra [el presidente egipcio] Mohamed Morsi [el 3 de julio de 2013] fue tan desalentador”. Al igual que Yasin Aktay, el vicepresidente a cargo de las relaciones exteriores del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), los allegados a esta formación inician sistemáticamente la conversación abordando la situación en Egipto e insistiendo en la “posición ética” del Gobierno. Aktay continúa: “Pensábamos que Occidente intentaría aislar al nuevo régimen. Pero se ha contentado con asistir al asesinato de la democracia –la masacre de Rabaa, los medios de comunicación amordazados–”.
La no condena del golpe de Estado contra Morsi y la reanudación de la ayuda estadounidense a Egipto fueron percibidos en Ankara como una traición por parte de Washington. El primer ministro, Recep Tayyip (...)