Recostados en una acera del centro de Ciudad del Cabo, unos hombres en ropa de trabajo disfrutan de su hora de descanso al pie de un andamio. No es cuestión de perder un minuto ni de trabajar de más. “Nos pagan muy poco”, sonríe un albañil, mostrando un diente de oro. Sin embargo, con el equivalente a 1.100 euros mensuales, no hay mucho de qué quejarse. Lo cierto es que antes del Mundial de Fútbol de la FIFA, celebrado en Sudáfrica en 2010, los sindicatos de la construcción amenazaron con no terminar las obras a tiempo y lograron aumentos significativos, de entre un 13% y un 16%...
Pero esta situación es excepcional. La tensión social es palpable desde que el 16 de agosto de 2012 la policía mató a treinta y cuatro mineros en huelga en Marikana, una mina de platino cerca de Johannesburgo. ¡Qué símbolo para la población! Las fuerzas (...)