“Actualmente, Francia está sometida a dos amenazas que, no por ser diferentes ponen menos en peligro su integridad: Daesh y la CGT”. Hay que agradecerle a Franz-Olivier Giesbert el haber expresado la verdad de un periodismo francés dominado política y financieramente. “Es sólo el comienzo, sigamos luchando contra la CGT”, anuncia el editorialista estrella de Le Point en la primera página de un número sobre “La verdadera historia del ‘mal francés’. Bloqueo, violencia, CGT, modelo social” (2 de junio de 2016).
Del referéndum sobre el Tratado de Maastricht en 1992 al referido a la Constitución Europea en 2005, de las huelgas de noviembre-diciembre de 1995 a las actuales contra la “ley laboral” de 2016, usuarios y analistas de la información han podido medir la distorsión entre el desarrollo de los conflictos sociales y su escenificación mediática. En las bibliotecas universitarias, estanterías enteras examinan la larga serie de “sesgos”, “desviaciones”, “desequilibrios”, “dobles (...)