Creencia muy antigua en el mundo musulmán, el takfirismo vivió un renacimiento entre los militantes islamistas egipcios, tras las derrota frente a Israel en 1967. Se basa en la convicción de que el debilitamiento de la Umma (la comunidad de creyentes) es el resultado de las desviaciones de los propios musulmanes, de su alejamiento de la religión. Todo musulmán no practicante sería un infiel, un kafir. Quienes se adhieren a esta doctrina son llamados a abandonar las sociedades musulmanas existentes, a formar comunidades autónomas y a combatir a los musulmanes infieles.
Pequeños grupos aislados de militantes takfiristas lograron subsistir en todo el mundo árabe a lo largo de los años setenta. Se agruparon en Afganistán en los años ochenta, junto con los muyahidin, durante la guerra contra la ocupación soviética. El egipcio Ayman al Zawahiri, el dirigente uzbeco Tahir Yaldeshiv y el jeque Essa, futuros miembros del Estado Mayor de Al (...)