Las instituciones de la V República francesa, concebidas por el entorno del general De Gaulle para eliminar el régimen de partidos –al cual responsabilizaba de haber conducido a Francia hacia el abismo en 1940–, ha producido la “escena de contradicción en un teatro de impotencia” que éste había denunciado. Pero, lejos de provenir de un juego de los aparatos, la descomposición del campo político parece que, en la actualidad, se debe más bien a un debilitamiento de los partidos bajo el efecto del presidencialismo.
En efecto, parece muy lejana la época en la que Jean-Christophe Cambadélis, primer secretario del Partido Socialista (PS), y Nicolas Sarkozy, presidente entre 2014 y 2016 de la Union pour un Mouvement Populaire (UMP, Unión por un Movimiento Popular) –rebautizada en 2015 como Los Republicanos–, prometían que harían que se afiliaran 500.000 militantes a sus organizaciones. En la actualidad, los candidatos para las elecciones presidenciales apenas se (...)