La fórmula “por razones de seguridad”, “for security reasons”, “per ragioni di sicurezza”, funciona como un argumento de autoridad que, cortando en seco todo debate, permite imponer perspectivas y medidas que no serían aceptadas de otro modo. Hay que oponerle el análisis de un concepto de apariencia anodina, pero que parece haber suplantado cualquier otra noción política: la seguridad.
Se podría pensar que la finalidad de las políticas de seguridad es simplemente prevenir peligros, disturbios, incluso catástrofes. Cierta genealogía, en efecto, remonta el origen del concepto a la máxima romana “Salus populi suprema lex esto” (“la seguridad del pueblo es la ley suprema”), y lo inscribe así en el paradigma del estado de excepción. Pensemos en el senatus consultum ultimum y en la dictadura en Roma; en el principio del Derecho Canónico según el cual “necessitas legem non habet” (“la necesidad no tiene ley”); en los Comités de Salvación Pública durante (...)