¿Piensan que los clubes privados están reservados a la elite? ¿A los ricos? ¿A los presuntuosos? Tienen toda la razón. Es nuestra razón de ser”. Acorralado entre una tienda de vestidos de novia, pubs para ejecutivos y oficinas, el Glasgow Art Club, en pleno centro comercial, se presenta como “el secreto mejor guardado de Glasgow”. Un mayordomo con traje de tres piezas abre la puerta de esta casa señorial de estilo victoriano y escolta a los invitados hasta la sala principal. En este “club de elite”, los notables tienen cita con la caridad todas las semanas.
El más antiguo Rotary Club de Escocia, creado en 1912, organiza allí un ritual, el de un encuentro colmado por amabilidades, viajes en ascensor y conversaciones interesadas; en un sitio, el de los “artistas aficionados”, creado en plena revolución industrial (1867) por un joven pintor servicial con los mercaderes de algodón, azúcar o esclavos que (...)