“Si bien me opongo a un Estado islámico, prefiero a los Hermanos Musulmanes democráticamente electos antes que al mantenimiento del régimen militar”, afirma Ghehareb Saqr en una conversación en un café de Suez, a pocos pasos de la desembocadura del canal. Cerca de allí, desde la cornisa del golfo del mar Rojo se ven los destellos de las plantas petroquímicas. Este militante comunista de actitud resuelta y apariencia sencilla es el encargado de la climatización de la empresa textil Misr Iran, donde los obreros acaban de conseguir un 10% de aumento salarial después de tres semanas de huelga.
Vestido con un traje italiano y rodeado de jóvenes, Ahmed Mahmud, número uno de la lista de los Hermanos Musulmanes en Suez y recién liberado después de tres años de cárcel, declara, como en eco: “Prefiero a unos comunistas democráticamente electos antes que al mantenimiento del régimen militar. El ejército debe depender del (...)