En 1997, este periódico popularizó la idea de un impuesto sobre las transacciones financieras. Por entonces, estas últimas representaban quince veces la producción anual mundial. Hoy, la proporción es casi de setenta a uno. Hace quince años, no se hablaba mucho de créditos subprime y nadie imaginaba una crisis de la deuda soberana en Europa. La mayoría de los socialistas europeos, obnubilados con Anthony Blair, ponían las manos en el fuego por la “innovación financiera”. En Estados Unidos, el presidente William Clinton estaba dispuesto a alentar a los bancos comerciales para que especularan con el dinero de sus clientes. En cuanto a Nicolas Sarkozy, extasiado ante el modelo estadounidense, alababa la política (preñada de futuras calamidades) que llevaba a cabo la Reserva Federal. Y soñaba con créditos subprime a la francesa…
Basta decir que, en 1997, la tasa Tobin no tuvo buena prensa: ¡si todo iba tan bien! El ministro francés (...)