Una nebulosa de SMS y “articulitos”, tweets y posts habrá bastado para hundir a Francia en el desconcierto. Desde finales de enero, las Jornadas de Retiro de la Escuela” (JRE) han afectado a algunas decenas de centros educativos en el país. Orquestada por Farida Belghoul y por redes de una derecha más o menos extrema, esta movilización –cuyos efectos han sido, después de todo, bastante limitados– pretende protestar contra la supuesta incorporación de la “teoría del género” en las escuelas.
Limitados o engañados, algunos padres sacaron a sus hijos de las clases. No hizo falta más para poner en movimiento el bombo mediático y activar las bravuconadas republicanas del ministro de Educación. Ante los micrófonos y las cámaras que lo esperaban a la salida del consejo de ministros, Vincent Peillon exigió a los funcionarios que “convoquen a los padres que no llevan a sus hijos a la escuela (…) para recordarles (...)