El 16 de agosto de 1819, en Mánchester, una concentración –autorizada– congrega a unas 60.000 personas para reclamar el sufragio universal masculino. En las filas de lo que por entonces es la mayor manifestación organizada en la ciudad, se cuentan miles de mujeres y niños. Por orden de los magistrados, la milicia montada (la Yeomanry), con el apoyo del ejército regular, reprime la marcha. Confinada en un descampado triangular llamado St. Peter’s Field que se encuentra rodeado de edificaciones y cuyos accesos el ejército bloquea en parte, la compacta multitud se encuentra a merced de los sables y los cascos de los caballos.
Esta es más vulnerable si cabe debido a que Henry Hunt, brillante orador de la causa radical llegado expresamente para la concentración –la cual ha aceptado presidir–, ha prohibido formalmente manifestarse armado. Está decidido a dejar sin argumentos a las autoridades, que temen una insurrección, y sostiene que (...)