El acuerdo de Fiat en Italia que modifica sustancialmente las condiciones de trabajo afecta a 5.431 trabajadores de la industria más emblemática del país. Ya ningún derecho, en cualquier Estado de la Unión europea (UE), conseguido tras históricas luchas sindicales puede considerarse consolidado ante el chantaje de una empresa que anuncia a sus asalariados que, o renuncian a ese derecho o la empresa se va. Los analistas reconocen que, después de un primer “referéndum” realizado por Fiat en Pomigliano d’Arco, cerca de Nápoles, en junio de 2010, lo que estaba en juego en esta fábrica Mirafiori de Fiat en Turín, era nada menos que los derechos establecidos en la Constitución italiana, el estatuto de los trabajadores, el concepto mercantil del contrato y el futuro del sindicalismo autónomo e independiente. Todo un insulto para la ciudad donde desarrolló su combativo ideario el teórico marxista Antonio Gramsci (1891-1937).
Las promesas de Fiat ante (...)