El caso Fiat ha tenido su contraparte en España con la firma Nissan. Los trabajadores de las plantas de esa empresa en la zona franca de Barcelona y Montcada se vieron también en la obligación, el pasado enero, de aceptar cambios en su convenio colectivo como la congelación salarial y un aumento del tiempo efectivo de trabajo, o aceptar que la multinacional se llevase la producción a Sudáfrica o Marruecos.
Sin embargo, en el caso español, no se afectaban del mismo modo que en Fiat los derechos sindicales. El papel de los gobernantes españoles ha sido, al igual que en Italia, de alineación con las propuestas empresariales. El nuevo Conseller conservador de Empresa y Ocupación de la Generalitat catalana, Francesc Xavier Mena, elogió a los sindicatos que aceptaron el recorte y puso a Nissan “como ejemplo” de “por dónde ha de ir el futuro de la economía para ser más (...)