El histórico referéndum que se llevó a cabo en Sudán del Sur del 9 al 16 de enero marca un giro, no sólo en la historia de este país desgarrado por las guerras civiles desde hace medio siglo, sino también para el continente africano en su conjunto: por primera vez, fue cuestionado el sacrosanto principio de la intangibilidad de las fronteras provenientes de la colonización.
Desde 1963 y tras la creación de la Organización de la Unidad Africana (OUA), se admitía que las delimitaciones –a veces absurdas– impuestas por las potencias coloniales entre 1885 y 1926 no serían cuestionadas. Una sola alteración fue reconocida: la independencia de Eritrea en 1993. Pero la excepción no era más que aparente, porque en realidad se trataba de un territorio colonizado por Italia, después confiado por las Naciones Unidas (ONU) a Etiopía en 1952.
Por su parte, los intentos de secesión de Katanga (Congo) en 1961 (...)