Lo que importa es que se haya producido. Que el juez Baltasar Garzón haya decidido abrir una investigación sobre los crímenes de la dictadura franquista es un acontecimiento que ha sacudido a toda España. Curiosamente ello ha servido también para disminuir el efecto de varios hechos que ponen en cuestión la solidez berroqueña del ultra-conservadurismo español como son los movimientos internos dentro del monolítico Partido Popular. Hechos como la actitud de la Unión del Pueblo Navarro (UPN) con respecto a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, o las dos sorpresas deparadas por el PP gallego, que despertaron las iras del máximo dirigente nacional del partido, el incombustible Manuel Fraga Iribarne, ex ministro del general Franco: la declaración de defensa del fortalecimiento de la lengua gallega, y la crítica al mantenimiento de los símbolos de la dictadura en numerosas ciudades de España.
En plena exaltación del nacional-madrileñismo –que diría (...)