Imagen simbólica, filmada en la refinería Total de Donges (Loire Atlantique): el delegado de la CGT, Christophe Hiou, lleva el gorro anaranjado del responsable de la CFDT del lugar, Dimitri Guiller, quien a su vez se encasqueta él mismo el casco rojo de su compañero. Los dos sindicalistas manifiestan su cohesión en este penoso día del 29 de octubre en que la Asamblea General de trabajadores se prepara para votar el final de la huelga. “No hemos sido capaces de tumbar la reforma de las jubilaciones”, reconocen con amargura, pero “todo el mundo está orgulloso” de un movimiento responsable, con fuerte apoyo de la población. “Hay derrotas que tienen un regusto de victoria”, repite Hiou, con el rostro tenso.
Este otoño, la oposición a la reforma de las jubilaciones produjo una impresionante serie de multitudinarias manifestaciones. Una movilización que se extendió como nunca por todo el territorio. El 12 de octubre, (...)