Si bien las soluciones para sacar a la Unión Europea de la crisis económica suscitan ásperos debates, hay un tema sobre el que existe consenso entre los dirigentes políticos del Viejo Continente: la lucha contra quienes abusarían de los sistemas de protección social. Los inmigrantes de África o el Magreb, y más recientemente los romaníes, constituyen el primer objetivo de esta nueva cruzada contra los “asistidos”. En una carta del 23 de abril de 2013, los ministros del Interior alemán, inglés, austríaco y neerlandés denunciaron ante la presidencia irlandesa los “fraudes y abusos sistemáticos del derecho a la libre circulación de los provenientes de los demás países de la Unión Europea”. Se habría pasado así de una inmigración económica a un turismo de subsidios.
Este tipo de recriminaciones apenas resiste a la observación de la realidad social y jurídica: en todos los países europeos, las poblaciones extranjeras y romaníes se encuentran (...)