En Uruguay, se inaugura una cárcel al mes. Eso es lo que los economistas llaman un “plan de desarrollo”. Se transforman en cárceles los cuarteles, las comisarías, los barcos abandonados, los viejos vagones del ferrocarril, y hasta la casa de cada ciudadano. Hay más presos políticos que presos comunes. Uruguay posee el porcentaje más alto de presos políticos del mundo, sin contar los presos del exterior, los que están al otro lado de las rejas. Un cuarto de la población, un millón de personas, vive en el exilio; casi todos los que se quedaron, han sido desterrados dentro mismo de las fronteras.
El 27 de junio de 1973, el país se despertó con un golpe de Estado. El Parlamento, los partidos políticos, los sindicatos, y todo lo demás, fueron disueltos. Tres meses después se realizaron elecciones en la Universidad. Los candidatos de la dictadura obtuvieron el 2,5% de los votos. Por (...)