Danza y poesía guerreras, “vigilia de armas para el desarrollo”, salto de altura, lucha, trabajos comunitarios, nuevos desafíos económicos… En Ruanda, el Gobierno de Paul Kagame ha decidido convertir una institución guerrera y educativa que existía antes de la colonización europea en uno de los principales vectores para la reconstrucción del país y la reconciliación entre sus habitantes. Esta se llama Itorero, y sus miembros, los ntore (“seleccionados”, “elegidos”), se cuentan por cientos de miles. Formados por el régimen del Frente Patriótico Ruandés (FPR), componen las academias educativa, militar, política y económica de dicho proceso nacional. Entre 2009 y 2013, más de un millón de ruandeses (de una población de diez millones y medio de personas en 2010) fueron iniciados en el Itorero para ocupar cargos en el interior del país, pero también en la diáspora.
Las autoridades afirman que se trata de reavivar la memoria de los guerreros defensores de (...)