Bastaron 31 euros para que el grupo francés Veolia emprendiera una guerra contra una de las únicas victorias de la “primavera” que, en 2011, ganaron los trabajadores egipcios: el aumento del salario mínimo de 400 a 700 libras egipcias al mes (de 41 a 72 euros). Esta suma es considerada inaceptable por la multinacional, que demandó a Egipto, el 25 de junio de 2012, ante el Centro Internacional de Arreglo de
Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), una oficina del Banco Mundial. ¿Cuál es el motivo alegado? La “nueva ley sobre el trabajo” contravendría los compromisos que se concretaron en el marco de colaboración del sector público y privado, firmado con el Gobierno de la ciudad de Alejandría para el tratamiento de los residuos. El Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión (ATCI), en proceso de negociación, podría incluir un mecanismo que permitirá que ciertas empresas inicien juicios contra países (eso desean, al (...)