Opacidad. Esta es la palabra que mejor caracteriza las negociaciones que se dan dentro del Acuerdo Transatlántico de Libre Comercio e Inversión (ATCI). El comisario europeo de comercio internacional, Karel de Gucht, dice en balde que “no hay nada secreto respecto a estas negociaciones comerciales”. En un correo con fecha del 5 de julio de 2013, el negociador principal de la Unión, Ignacio García Bercero, aseguró lo contrario a su homólogo estadounidense Daniel Mullaney: “Todos los documentos concernientes a las negociaciones o al desarrollo del ATCI, incluidos los textos de las negociaciones, las propuestas de ambos lados, el material explicativo adjunto, los correos electrónicos intercambiados y el resto de las informaciones intercambiadas en el contexto de las negociaciones (…) seguirán siendo confidenciales”.
La estrategia del secreto sorprende. Las negociaciones internacionales, cuyas transacciones ocultas fueron descubiertas, siempre terminaron en fracaso.
Este fenómeno, conocido como “efecto Drácula”, participó en la desintegración del Acuerdo Multilateral (...)