Nunca antes la prensa estadounidense había tomado partido tan abiertamente en unas elecciones. Mes a mes, se esforzó en desacreditar a todos los candidatos que no eran de su agrado, comenzando por el senador “socialista” por el estado de Vermont, Bernie Sanders, rival de Hillary Clinton en las primarias demócratas. Ahora bien, los resultados que este último obtuvo en las primarias en los estados clave, aquellos en los que Hillary Clinton fue derrotada en las elecciones presidenciales, permiten pensar que habría obtenido un mejor resultado contra Donald Trump.
Sobre la base de tribunas, editoriales y entradas de blog, The Washington Post sirvió de brújula y de metrónomo en la campaña de denigración llevada a cabo contra el candidato progresista –que proponía un plan de asistencia sanitaria universal y pública, un importante aumento del salario mínimo, la gratuidad de las universidades, etc.–. Este periódico, con sus incesantes llamamientos a la cortesía y (...)