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Boutros-Ghali, la bestia negra de la Administración de Clinton

Una piedra en el zapato estadounidense

Boutros Boutros-Ghali, objetivo de la hostilidad de Washington, sólo pudo desempeñar un mandato como Secretario General de Naciones Unidas (1992-1996). Al relatar este episodio en su último libro, el diplomático suizo Jean Ziegler señala el estrecho camino que deberá recorrer el sucesor de Ban Ki-moon. António Guterres asumirá las funciones de Secretario General en enero... igual que Donald Trump las de presidente de Estados Unidos.

por Jean Ziegler, diciembre de 2016

En agosto de 1991, la Unión Soviética colapsó. Los gerontócratas del Kremlin habían impuesto a los pueblos de la URSS una dictadura policial corrupta que se encontraba a años luz del gobierno que Karl Marx deseaba y que el Manifiesto de 1848 alababa. En aquella época, en la planta 38 del rascacielos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York trabajaba un hombre excepcional: Boutros Boutros-Ghali. Brillante intelectual francófono, bajá egipcio con amplia experiencia ministerial, jurista sutil y erudito, Boutros-Ghali comprendió de inmediato la situación. Como Secretario General (1992-1996), tomó una iniciativa histórica sin pasar por la Asamblea General ni por el Consejo de Seguridad.

Así, en 1993 convocó en Viena la primera reunión mundial sobre derechos humanos desde la celebrada en París en 1948. Se trataba de poner fin a casi medio siglo de glaciación y de reunir en una única y nueva declaración los derechos civiles (...)

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Texto extraído de Chemins d’espérance. Ces combats gagnés, parfois perdus mais que nous remporterons ensemble, Seuil, París, 2016.

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