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Entrevista a Srdja Popovic, teórico del “golpe blando”

“Sí, recibimos financiación de Occidente”

Sumido en la gris periferia de Belgrado (Serbia), al final de una avenida larga e impersonal, se encuentra el Center for Applied Nonviolent Action and Strategies (CANVAS), el nuevo laboratorio sociopolítico de Srdja Popovic, el fundador del movimiento estudiantil que, en el año 2000, contribuyó al derrocamiento del presidente de la República Federal Yugoslava, Slodoban Milosevic. Llevando por nombre Otpor (resistencia) y bajo una bandera negra con un puño cerrado en blanco, Srdja Popovic y su compañero de facultad Slobodan Dinovic (hoy amo y señor de las telecomunicaciones serbias) hicieron correr como la pólvora un nueva forma de insurrección importada de Estados Unidos que ya es conocida como “golpe blando” o “revolución de colores”. Financiados por organizaciones estadounidenses, estos jóvenes universitarios de clase media siguieron punto por punto los manuales de “revolución no violenta” escritos por el politólogo norteamericano Gene Sharp, quien dirige, junto al excoronel “Bob” Helvey, el “Instituto Albert Einstein” de Boston.

Repudiados por una izquierda que los considera una clara herramienta de la Casa Blanca para cambiar Gobiernos allá donde le interesa a Washington, y admirados por jóvenes conservadores y liberales que ven en ellos una nueva forma de tumbar Gobiernos incómodos, los hechos muestran que suman varias victorias, y que la coincidencia con la agenda del Departamento de Estado americano es casi un calco, especialmente en el área geopolítica que circunscribe a la Federación Rusa. Tras ser recientemente delatados por WikiLeaks como presuntos agentes de Stratfor (Strategic Forecast Inc, una oficina de inteligencia que coopera con la CIA) y bajo la máxima de “allá donde la revuelta armada no es viable se impone nuestro sistema”, CANVAS y sus métodos siguen siendo llevados con insistencia a Venezuela pero no a otros países “protegidos” por Washington como Honduras o Colombia; al Irán de los ayatolás, pero no a las oprimidas sociedades de Arabia Saudí, Qatar o Marruecos. ¿Es todo traspaso forzado del poder sinónimo de “evolución democrática”? Srdja Popovic nos lo cuenta a su modo, desde su centro de operaciones, en exclusiva para Le Monde diplomatique en español.

por Unai Aranzadi, noviembre de 2014

Unai Aranzadi: Es conocida su etapa como joven líder del movimiento Otpor que derrocó al presidente Milosevic, pero, ¿cómo ha continuado exportando su método después?

A partir del año 2003, dejé el partido político del que formé parte tras conseguir derrocar a Slodoban Milosevic, y entonces comenzaron a llamarme para viajar a países que querían inspirarse en nuestras técnicas revolucionarias. El primer lugar al que acudí fue Bielorrusia. Todos estaban muy interesados en recibir asesoramiento sobre cómo se podían hacer cambios de régimen sin violencia. Desde entonces, dejamos el nombre de Otpor y formamos este nuevo sello llamado CANVAS ubicado aquí, en Belgrado. Hasta este momento ya hemos intervenido formando grupos en 46 países a lo largo y ancho del mundo. Unos no han prosperado pero otros han sido muy exitosos.

U. A.: ¿Cuáles?

Los georgianos fueron muy efectivos y terminaron llevando a cabo la “revolución de las rosas”, como los ucranianos precursores (...)

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