Viajamos por la autopista de A Coruña desde Madrid a Salamanca en coche de alquiler. Con Tierno Galván, íbamos: José María Berzosa, director de cine; su asistenta Chantal Baudis, hija de Pierre Baudis, entonces alcalde de Toulouse. Yo ejercía de periodista y chófer, y a mi lado: el profesor, quien, entre los años 1953 y 1965, –cuando era Catedrático de Derecho Político en la Universidad de Salamanca– había recorrido este camino cientos de veces. Por eso, nos describía los paisajes y disertaba en torno a Teresa de Ávila y Juan de la Cruz. Igualmente elogiaba el vino de Cebreros, que nos aconsejó para acompañar el lechón de Casa Pepillo. No sé si aquel día las papilas le trajeron el recuerdo de un espectáculo de Manolita Cheng que había visto en un teatrillo abulense, anunciado por el prometedor eslogan: “¡Piernas, mujeres y cómicos para todos ustedes, simpático público!”.
En uno de los (...)