Fuertemente criticada por los ciudadanos de numerosos países europeos, la troika –formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)– también ha sido objeto de las críticas de instituciones internacionales. Según distintos organismos oficiales, los planes denominados “de rescate” aplicados en las economías de Grecia, Portugal, Chipre e Irlanda violarían los derechos fundamentales garantizados por varios Tratados. Por ello, en una resolución adoptada en junio de 2012, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa mostró su inquietud frente a las medidas de austeridad que ponen en riesgo “la democracia y los derechos sociales” de los países involucrados.
Por otra parte, también en el marco del Consejo de Europa, dos sindicatos griegos recurrieron al Comité Europeo de Derechos Sociales (CEDS), que juzgó que varios artículos de las leyes de austeridad que Atenas había adoptado de común acuerdo con la troika eran contrarios a la Carta (...)