Los modos de transporte tienen rendimientos energéticos muy diferentes, y los que ofrece el mundo vial dominante no son favorables en términos de consumo y de impacto sobre el medio ambiente. Teniendo en cuenta las tasas de utilización observadas, un mismo gasto de energía le permite a un viajero recorrer en TGV (Tren de alta velocidad) una distancia 4,5 veces más grande que en automóvil y 9,5 veces más grande que en avión. Para los desplazamientos urbanos, la distancia posible es 11 veces mayor en tranvía y 2,5 veces más importante en autobús que en automóvil.
Con el mismo consumo de energía, una tonelada de carga recorre 5 veces más distancia por cabotaje marítimo, 4 veces más en tren y 2 veces más por vía fluvial que en camión. Éste último, sin embargo, es 20 veces más económico que el avión de carga para el tráfico interno. Tanto para los viajeros (...)