Cerca de veinte años después, la guerra de Kosovo continúa suscitando polémicas entre las grandes potencias, sobre todo Rusia y Estados Unidos. Moscú menciona con regularidad la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la primavera de 1999 para justificar las suyas, por ejemplo, en Crimea o en Georgia. Así, en un discurso ante el Parlamento, el 18 de marzo de 2014, el presidente Vladímir Putin afirmaba: “Las autoridades de Crimea se han referido al conocido precedente de Kosovo, un precedente que nuestros compañeros occidentales crearon por sí mismos en una situación muy parecida, cuando convinieron que la separación unilateral de Kosovo respecto de Serbia –exactamente lo que Crimea está haciendo ahora– era legítima y no se necesitaba ninguna autorización de las autoridades centrales del país”.
Este paralelismo fue objeto de una refutación en toda regla por el propio Barack Obama. El presidente estadounidense justificó la intervención (...)