Hernando de Soto es un hombre muy adulado en este periodo electoral en Perú. Economista premiado en diversas ocasiones, fue un asesor cercano del presidente-dictador Alberto Fujimori en la década de 1990 y, más tarde, estuvo involucrado en la campaña de su hija, Keiko Fujimori, en 2011. En Francia representa el “anti-Piketty” preferido del semanario Le Point. Sus escritos forman parte de las referencias ineludibles de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y del Banco Mundial.
¿Su caballo de batalla? La relación entre propiedad privada e inversiones en las economías llamadas “informales”. De Soto explica que, en América Latina, entre el 50% y el 75% de los trabajadores ejerce su actividad fuera de los marcos legales. Sostiene que, en ausencia de títulos de propiedad dignos de ese nombre, los bienes de esos actores no constituyen sino un “capital muerto”, el cual es difícil hacer fructificar. En primer (...)