Pronto, una ficha de dominó caerá. Sólo le faltaron 30.000 votos al candidato de extrema derecha para ser presidente de la República de Austria. Durante la víspera del escrutinio, Jean-Claude Juncker previno: “Con la extrema derecha no hay ni debate ni diálogo posible”. Pero, ¿se podría hacer un regalo mejor a una formación que presume de estar fuera del sistema que semejante amonestación del ex Primer Ministro de un paraíso fiscal (Luxemburgo), que pasó a ser presidente de la Comisión Europea gracias a una sospechosa maniobra de la derecha y de los socialistas? Los cuales gobernaron en coalición en Viena 39 de los últimos 69 años, y acaban de ser barridos ya en la primera vuelta de las elecciones presidenciales.
Dotado de una opinión para todo, Juncker también ha juzgado el proyecto de ley El Khomri, execrado por la mayoría de los franceses: “La reforma del derecho laboral, querida e impuesta (...)