Al volante de su coche, un vehículo urbano sin pretensiones, Augustin Loada, habitualmente poco locuaz, habla sin parar: una manera como otra cualquiera de expresar su desasosiego. “Si tuviera que crear una organización hoy, la llamaría ‘Todo eso para esto’ –asesta a la vez que se abre camino en las congestionadas calles de la capital de Burkina Faso–. Algo había nacido tras la insurrección de 2014 que desencadenó la caída del presidente Blaise Compaoré. Pero el poder lo está matando. Es desolador”.
Profesor de Derecho y de Ciencia Política en la Universidad de Uagadugú, Loada fundó hace diecisiete años el Centro por la Gobernanza Democrática (CGD). Durante los días 30 y 31 de octubre de 2014, estuvo en el corazón de las negociaciones que condujeron a la huida de Compaoré en un helicóptero del Ejército francés. Fiel aliado de París, el presidente de Burkina Faso estaba en el cargo desde el (...)