Desde su acceso al poder en 2011, el presidente Alassane Ouattara prometió volver a poner a su país en el camino del “surgimiento”. Candidato a su propia sucesión en las elecciones del 25 de octubre, pretende capitalizar el halagüeño crecimiento que Costa de Marfil ha mostrado de nuevo. Pero en la carretera que atraviesa el país de Norte a Sur, las fachadas pintadas de nuevo no logran disimular las frustraciones y los fantasmas del pasado.
En Abiyán, la gran terraza de la residencia del embajador de Francia predomina sobre un vasto parque arbolado. En este 14 de julio, militares con el uniforme de gala, patronos de empresa franceses y elites marfileñas pasean de un lado a otro y se detienen ante la impresionante vista de la laguna, atravesada por el puente Henri Konan Bédié. La obra, cuya realización y explotación corresponde al grupo francés Bouygues, fue inaugurada a finales de 2014 (...)