Una vez más, la República Popular Democrática de Corea (RPDC) ha ocupado la primera plana de la actualidad internacional, esta vez con el arresto, el pasado diciembre, en plena reunión del Buró Político, del tío del líder Kim Jong-un, seguido de su juicio y ejecución, todo en tan sólo cuatro días. Nacido en 1946, Jang Song-thaek, joven para los criterios locales, solía ser considerado el número dos del régimen. Aparentemente, según la prensa local, habría “perpetrado actos facciosos”. La naturaleza del crimen del que se lo acusaba nunca fue clara, lo cual dio sustento a la idea de una condena política. Algunos analistas occidentales describieron al hombre como un marido voluble; otros afirmaron que vieron cómo lo devoraban vivo perros hambrientos… El especialista en Corea del Norte Bruce Cumings es certero al afirmar que la RPDC vuelve locos a quienes hablan de ella.
Esta justicia particularmente expeditiva y espectacular –se mostraron (...)