El periodista Boris Dezulovic cuenta un chiste que circula por Bosnia-Herzegovina. El pequeño Ivica sacó un diez en geografía. La maestra preguntó si alguien sabía la cantidad de habitantes del país. Silencio total en el aula. Sólo Ivica levantó la mano con impaciencia: “¡Yo lo sé, yo lo sé!”. “¿Cuántos?”, preguntó la maestra. “No sé”, respondió el alumno, exultante. “¡Muy bien –exclamó la docente–, es la respuesta correcta! ¿Cómo lo sabías?”.
Por iniciativa de la Unión Europea, en el otoño de 2011 se organizó una campaña de censo en todos los países de la región. Pero las operaciones fueron interrumpidas en Macedonia, postergadas en Bosnia (ver recuadro). Y, allí donde se llevaron a cabo, los resultados fueron objeto de fuertes cuestionamientos.
En Bosnia-Herzegovina, el primer recuento de la población desde la guerra debería realizarse finalmente, con dos años de demora, el próximo otoño. Lamentablemente, la organización, realizada en estrecha colaboración con la (...)