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Los cisnes de El Cairo

El ballet de la ópera de El Cairo ha tenido siempre que luchar para sobrevivir y adaptarse a un paisaje político cambiante.

por Mona Abouissa, agosto de 2013

“En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo”, murmura el cisne blanco antes de desplegar sus alas imaginarias y hacer su aparición en la luz de los reflectores. Hemos olvidado a Ekaterina Ivanovna, fugada de la Unión Soviética en la época del derrumbe del bloque del Este y refugiada en Egipto. En este momento, ella es la reina de los cisnes y vive al borde del lago que formaron las lágrimas de su madre. En la sombra se oculta Hany, el primer bailarín, que interpreta al hechicero Rothbart, encarnación del mal absoluto. Tras bambalinas, compone con sus cisnes una ronda para dar algunos pasos de baile con la música de Chaikovski, luego se precipita al escenario para librar su último combate contra el príncipe. Bajo los reflectores, el escenario le pertenece; pero detrás de la cortina roja conduce el baile la italiana Erminia, ex reina de los (...)

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