Marinaleda, municipio español de veinticinco kilómetros cuadrados, dos mil ochocientos habitantes, en la provincia de Sevilla, está rodeada de inmensas propiedades, la mayoría pertenecientes a ricos propietarios terratenientes. “Los terratenientes”, la aristocracia señorial secular, explotan miles de hectáreas y a decenas de miles de obreros agrícolas, peones o jornaleros. Es el reino del trabajo precario.
Pero Marinaleda es conocido en España, e incluso en Europa, por otras razones. Este municipio, con el impulso de Juan Manuel Sánchez Gordillo, su alcalde reelecto desde hace treinta y cuatro años, ha desarrollado un original dispositivo político, económico y social. El escudo de la ciudad exhibe sus ambiciones: “Una utopía hacia la paz”. Algunos lo califican de modelo anticapitalista; otros lo denuncian como un engaño o una farsa. Entonces, ¿es verdad o mentira? ¿Utopía o realidad? ¿Sistema anti-crisis o simple retardador de los efectos de la crisis?
Antes de responder, intentemos imaginar esta localidad de Andalucía (...)