El viernes 23 de diciembre de 2011, en el McDonald’s de Roissy-Charles-de-Gaulle, decenas de agentes de seguridad, en huelga desde hace una semana por 200 euros de aumento mensuales, vuelven a reponer fuerzas. Dos pisos más arriba, detrás de las puertas del segundo aeropuerto europeo, trescientos agentes de las CRS [Compañías Republicanas de Seguridad] y cien militares, asistidos por no huelguistas, palpan, hurgan e inspeccionan a los ochenta mil pasajeros que se esperan para esta víspera de Navidad. Una situación inédita en Roissy, donde la policía desempeña el papel de “rompehuelga”, como lo denunció el primer sindicato de los Guardianes de la Paz. Situación inaudita también, en la que los policías se encuentran actuando del modo en que lo hacían hasta 1996, cuando el Estado delegó en el sector privado las tareas de seguridad antiterrorista.
Es verdad, explica Le Figaro en su edición del 18 de diciembre, que “el año 2011 (...)