Parado frente al océano Pacífico con los pies en el agua, me dejo llevar por la cháchara convencional que practican los estadounidenses durante las vacaciones. Una amable anciana de Los Ángeles se sienta a mi lado, sobre las rocas. Me habla de su hijo. Le pregunto si sólo tiene uno. “Sí. ¿Y usted? ¿Tiene hijos en Inglaterra?” Respondo negativamente y su cara se ensombrece. “Debería ponerse a ello, los musulmanes se reproducen como conejos. Muy pronto habrán invadido toda Europa”.
Empiezo a acostumbrarme a ese momento extraño en que la discusión afable entre veraneantes se inclina hacia… no sé bien qué. Me embarqué en un transatlántico de un color blanco brillante donde hay dos restaurantes, cinco bares y 500 lectores del National Review. Aquí, la guerra de Irak es un “éxito notable”. El calentamiento global no existe. Europa se transformará en califato. Y yo no puedo huir.
National Review, la biblia de (...)