En el decimoquinto aniversario de su firma, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, según su sigla en inglés) vuelve a los primeros planos de la escena económica internacional. El primero en evocarlo fue Barack Obama, ya desde la campaña electoral. El Presidente estadounidense siempre expresó el deseo de renegociar ese tratado que, según él, es responsable de numerosas pérdidas de empleos en Estados Unidos.
También en México, desde hace años, muchos reclaman lo mismo porque juzgan al tratado catastrófico para el país. Las razones son múltiples. “En primer lugar, Estados Unidos no respetó nunca sus cláusulas [manteniendo, por ejemplo, la subvención a sus agricultores, o imponiendo una serie de embargos a los productos mexicanos] y protegió los sectores de su economía en los cuales México era más competitivo –afirma la investigadora Leticia Hernández–. Además, la inversión extranjera se concentró en las maquiladoras, cuyo efecto inducido sobre el (...)