La primera andadura sociológica en España debe mucho a dos personalidades tan singulares como Severino Aznar en el campo católico y Enrique Gómez Arboleya en el universitario. Los ayudantes y colaboradores de este último forman una consistente trama en la que se alinean actores como Salustiano del Campo, Luis González Seara, José Castillo Castillo, Mariano López Cepero, Juan Diez Nicolás, José Sánchez Cano y tantos otros que gracias al liderazgo de Francisco Murillo Ferrol enlazan con la escuela granadina y con personalidades como José Jiménez Blanco, Miguel Beltrán y José Cazorla.
De 1950 a 1990, se produce en España una extraordinaria eclosión de espacios sociológicos como el Instituto Balmes de Sociología, el Instituto de Estudios Políticos; el Centro de Investigaciones Sociológicas; el Centro de Estudios Sociales del Valle de los Caídos; las empresas privadas dedicadas a los estudios de opinión y de mercado así como a las investigaciones más propiamente sociológicas, (...)