Si se publicara hoy su libro Mort d’une liberté. Techniques et politique de l’information, aparecido en la editorial Plon en 1955, el periodista Jacques Kayser (1900-1963) se haría sospechoso de “antidemocrático”, “conspirador” y “extremista” que en Francia se aplica a cualquier crítica demasiado perturbadora a los medios de comunicación. Sin duda lo tomaría bastante a mal. Consejero en la embajada de Francia en Londres durante la guerra, colaborador de Le Monde y Midi libre en 1945, ex secretario general del Partido Radical, delegado francés en las Asambleas Generales de las Naciones Unidas y la UNESCO, Jacques Kayser no era precisamente un agitador.
Transcurrido medio siglo, su análisis del capitalismo de prensa parece no haber envejecido: “El jefe de una empresa de información es en principio un hombre de negocios, más aún: un hombre en los negocios. Se comporta como tal. Se indigna de que pueda ponerse en duda la legitimidad de (...)