El debate sobre los retos alimentarios del planeta está de actualidad, ahora que el Hambre Cero aparece como un Objetivo de Desarrollo Sostenible. Se plantea no sólo como un desafío tecnológico, sino también económico y sobre todo social. ¿Vamos a lograrlo primando el aumento de la productividad? ¿Vamos a respetar los derechos de todas las personas?
Que asegurar la producción de alimentos no es sólo un reto tecnológico sino social lo demuestra el hecho de que todavía son muchas las personas que viven, muchas veces a duras penas, de actividades relacionadas con la agricultura. Según el Banco Mundial, 2.500 millones de personas dependen económicamente de la agricultura y 1.500 millones trabajan en pequeñas explotaciones, sin contar la multitud de Pymes que transforman o distribuyen alimentos. Aunque el dato exacto sea todavía discutido, más del 50% de la producción de alimentos es proporcionada por el modelo de agricultura familiar, es decir, por (...)