La agricultura ecológica representa actualmente el 5,7% de las superficies agrícolas francesas, es decir, tres veces más que en 2002. Este mercado, en pleno crecimiento, atrae a importantes grupos de transformación y de distribución; mientras tanto, cerca de la mitad de los productos que venden las grandes superficies alimentarias llevan el sello “bio” o “eco” (en 2015, un 45% en Francia). “La agricultura ecológica ha dejado de verse como un valor agronómico; es considerada cada vez más como cualquier otro nicho de mercado”, constata Benoît Leroux, profesor titular de Sociología en la Universidad de Poitiers.
La agricultura ecológica nació como reacción a la producción intensiva y al modelo económico de la industria agroalimentaria. Los enfoques alternativos surgieron a partir de los años 1920, mientras que los primeros grupos se estructuraron entre 1950 y 1960. Creada en 1964, la asociación Nature et Progrès (“Naturaleza y Progreso”) permitió el reconocimiento del movimiento, que (...)