A finales de abril de 2017, algunos congresistas republicanos del Congreso estadounidense crearon un grupo (caucus) bautizado como “Israel Victory”. “Creemos –decían– que Israel ha resultado victorioso en la guerra y que esto debe reconocerse si se quiere alcanzar la paz entre Israel y sus vecinos”. Uno de sus miembros, el profesor universitario Daniel Pipes, explicaba que Israel debía “imponer su voluntad al enemigo”. Como un eco, varios cientos de prisioneros políticos palestinos comenzaron una huelga de hambre tras el llamamiento del más conocido de ellos, Marwan Barghouti: su manera de proclamar alto y claro que la resistencia continúa y que las ilusiones sobre su aniquilación se disiparán una vez más. Puesto que no es la primera vez que Israel y sus aliados fantasean con la capitulación, incluso con la desaparición de los palestinos.
“Los refugiados encontrarán su lugar en la diáspora. Gracias a la selección natural, algunos resistirán, otros no. (...)